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Viñedos: Procede del Pago Chafandín, plantado con cepas de más de 50 años sobres suelos muy pobres, con mucho canto rodado y con una inclinación Sur. Perfecto para producir uvas de calidad excelente. Sin riego.

Vinificación: Una vez elaborado y a lo largo de catas en barrica, en bodega se descubre que transmite sensaciones diferentes, y que emocionan. Es en ese momento cuando se sabe que ese año si hay Sed de Caná para embotellar y se hace  la selección definitiva que normalmente no superan las 6/8 barricas de 300 litros capacidad. Este vino antes de ser embotellado pasa unos 24 meses en barrica y después se afina en un pequeño depósito de cemento que tenemos exclusivamente para él durante otros 12 meses. Tiene un potencial de guarda enorme, y mejorará bien conservado los próximos 50 años.

Cata

Visual: Es un vino con una intensa capa granate.

Nariz: En nariz es muy complejo y cambiante, con una alta expresividad, que tras una ligera aireación en copa nos descubre su imponente carácter apareciendo aromas de frutilla negra madura como grosellas y moras, bombón de cerezas en licor, pimienta negra en grano, nuez moscada, balsámicos, tomillo, briznas de hinojo y piruleta de fresa y caramelo.

Boca: En la boca se muestra el tanino en una entrada suave, envolvente y de tacto sedoso. Enseguida nos atrapan sus notas de grafito, regaliz, orejones, licor de almendras y chocolate. Finalmente nos queda un largo y elegante postgusto de cacao, café y regaliz negro.